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Ruth vs Yolanda. Español.

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Ruth vs Yolanda. Español.
« on: March 23, 2019, 09:37:01 AM »
---Nooooogggllllll!.
El grito de rabia de mí mujer quedó ahogado cuando Yolanda volvió a
enterrar su cabeza en el barro. A unos cinco metros, justo fuera de la
extensión de agua y barro que había en el callejón, yo miraba la escena
con una mezcla de sensaciones.
En el centro de la pequeña charca, un autentico pozo de barro, dos
hembras peleaban. Yolanda, sentada sobre la espalda de Ruth, hundía sin
piedad su cara en el barro. Mientras miraba, por mi cabeza pasaba el el
principio de la riña, las "casualidades" que habían llevado a lo que
veía.
Ruth, mí mujer, es una rubia teñida de 39 años, con buen cuerpo,
esbelta y sexy. Aunque normalmente es muy comunicativa y le gusta hacer
amistades con gente tiene un defecto en las relaciones con las otras
chicas.
Muchas veces adopta una actitud chulesca que la ha llevado en ocasiones
a situaciones de enfrentamiento. Por su caracter a veces avasallador ha
tenido varias peleas con otras mujeres. Por desgracia para ella el no
tener la boca cerrada la ha provocado situaciones realmente
vergonzosas.
Tambien alguna vez la he visto vencer, pero la verdad es que suele ir
de bocazas con las tias y acaba trasquilada.
Dos horas antes mi amigo Epicuro y yo habiamos quedado con nuestras
mujeres en un bar en Dueñas, un pueblo entre Valladolid y Palencia. Yo
fuí con Ruth y el con su señora, Yolanda, una preciosa mujer con un
cuerpo que quitaba el hipo, especialmente un pecho espectacular. El y
yo habiamos hablado varias veces por Internet de nuestras mujeres, de
como nos gustaría verlas enfrentadas. Solo en nuestra
mano estaba el conseguir que se picaran, ya que ellas no se conocían
previamente.
El pueblo donde habiamos quedado, Dueñas, es conocido por sus bodegas.
La mayoría de las calles estan sin asfaltar y solo tiene animación los
fines de semana. Como nosotros habiamos quedado un jueves, los locales
y las calles no estaban nada concurridos.
Fuimos a cenar ya de noche, casi a las once, a una de las tabernas más
conocidas, en la parte alta. Unos minutos habiamos quedado y presentado
a las chicas, que iban muy arregladas. Ruth llevaba un top azul, como
su minifalda y Yolanda un vestido corto de color blanco que a pesar de
no ser muy escotado apenas sujetaba sus hermosas tetas.
Las dos se habiian saludado con ese instinto casi animal que tienen las
mujeres para medirse, pero para desesperación de Epicuro y mia casi
inmediatamente se pusieron a hablar y a reirse, parecia que había buena
química.
Durante la cena la conversación fué simpática y los dos hombres no
paramos de llenar las copa de las chicas. Cuando llegamos a los postres
todos estabamos un poco "contentos" y Epicuro y yo, viendo que nuestro
plan se venía abajo, empezamos a malmeterlas. Yo comencé diciendo:
---Por cierto, Yolanda, ahora que hay que pedir el postre te dire que a
mi me encanta la fruta.
Ellas me miraron sin saber por donde iba y yo continué.
---Lo digo porque me gustan mucho más tus manzanas que las peritas de
mí mujer.
Durante unos segundos me miraron sin comprender, pero en seguida
Yolanda se puso a reir y Ruth apretó los dientes con rabia. Epicuro
continuó:
---Sabes, Yolanda, Ruth hace mucho deporte.
Yolanda, achispada, contestó riendo:
---Pues por lo que veo la vale para poco, jajaja.
Ruth, colorada por la verguenza, respondió airada.
---Mira quien fue a hablar, con la pinta de vaca que tienes. O te callas o cobras.
Mi amigo y yo nos guiñamos el ojo y tras pagar salimos a la calle sin
que ellas volvieran a hablar.
La bodega estaba en un callejón, totalmente embarrado en el centro por
las recientes lluvias. Nada más salir yo comenté:
---Así que no te calas aunque Ruth te lo mande, ¿no?.
Yolanda contestó:
---Mejor que no me provoque que la usó de alfombra, jejeje.
Ruth, cabrada por las risas que escuchaba se adelantó hacia ella con
evidentes intenciones de golpearla. Yolanda la vio venir y antes de que
la atacara la dió un tremendo bofetón que la mandó trastabillando a
varios metros. Ruth llegó al centro del callejón donde el barro era más
espeso profundo. Allí resbaló quedando boca abajo. Un  segundo despues
yolanda se había acercado, sentandose sobre la espalda de mí mujer.
Yolanda sujeto contra el suelo a mi mujer con una mano y con la otra la
emujo la cara contra el barro. Ruth, con la otra sentada en su espalda,
manoteaba en todas direcciones.
Tras unos segundos, Yolanda levanto la cabeza de mi esposa del fango
tirandola con una mano del pelo, mientras la seguía sujetando boca
abajo con su cuerpo. Entonces la dijo:
---Bueno, pringada, ahora te suelto y te portaras como una niña buena.
Pero Ruth, fuera de si,comenzó a insultarla a gritos:
---¡Y una mierda, foca asquerosa, zorra sucia!.
Encogiendose de hombros, Yolanda de nuevo aplasto la cabeza de ruth
contra el húmedo barro, mientra ella gritaba.
---¡Nooooogggllllll!.
De pronto, un par de luces se encendieron en una casa cercana y se
oyeron voces llamando a la policia. Rapidamente epicuro y yo gritamos a
las chicas que había que irse de allí y Yolanda solto a Ruth,
poniendose de pie. Ruth hizo lo mismo y las dos se acercaron. Yolanda
tenia barro en las manos y las rodillas, pero mi mujer estaba
totalmente cubierta, completamente empapada de fango. de una corta
carrera nos acercamos a la cercana plaza donde teniamos los coches.
Allí mi esposa gritó, llena de rabia:
---Vamos a mi casa, zorra.
Yo monte con ella en mi coche y le hice señas a Epicuro de que nos
siguieran con el suyo.
Mientras saliamos conduciendo del pueblo y la tapiceria de mícoche se
iba cuajando de barro de mi mujer, ella me dijo, temblando de rabia:
---Le voy a dar a esa guarra la paliza de su vida.
Luego continuó:
---Vas a ver como la machaco.
Como yo no contestaba, ella me preguntó:
---¿Que pasa, no crees que yo soy más mujer?.
Yo eche una rapida mirada a su cuerpo empapado y a su ropa arruinada
por el barro, pero vi que eso la enfurecía aún más y no dije nada.
Unos minutos despues llegamos a nuestro pequeño chalet, en un pueblo
cercano.Los dos coches entramos en nuestro jardincito, y aparcamos.
nada más salir del coche Ruth volvio a insultar a Yolanda, que se reía
señalando el aspecto de mi mujer y su propio vestido, apenas manchado.
Allí mismo se hubieran enganchado de nuevo si Epicuro y yo,
cruzandonos, no las indicaramos que entraramos en la casa. rapidamente
pasamos al salón, las dos parejas. Yolanda , tranquila, dijo que queria
lavarse o ducharse. yo la indique el cuarto de invitados y ella entró
cerrando la puerta. Ruth, mucho más nerviosa, entro en nuestro cuarto
para lavarse tambien.
Yo entre tras ella y tras recoger una bata se la acerque a Epicuro para
que se la diese a su mujer.luego volví al salón. Un mmomento despues
volvía epicuro y los dos nos sentamos sonriendonos.El me dijo:
---Pase lo que pase no intervenimos, ¿no, Dario?.
Yo le dije.
---Por supuesto, en ningún caso, pase lo que pase.
Un par de minutos despues volvió Yolanda. se había quitado el vestido
para que se secase y llevaba puesta y cerrada la bata que la habiamos
dado. Mi mujer tardó cinco minutos más y tambien entro con una bata. Ya
no habia rastro de barro en su cara o pelo.
poniendo los brazos en jarras Ruth insulto de nuevo a la otra:
---Te vas a acordar de esta noche, cerda.
Yolanda se levantó del sofa donde staba sentada y contestó.
---Seguro, mierdecilla.
Con un gesto de furia, mi mujer se quitó la bata y la tiró a un rincón.
vimos que no llevaba nada más, estaba completamente desnuda. Se había
duchado y su espeso triangulo brillaba húmedo. Yolanda parecio cortarse
unos segundos, pero luego rapidamente tambien se quitó la bata. Ella
llevaba debajo las bragas y el sujetador. con un gesto sensual se lo
quitó todo. No le pasó desapercibida mi mirada de admiración y para
provocar más a mi mujer se volvió hacia donde estabamos los dos
hombres, meneando sus pechos. Con un rugido, Ruth la atacó y las dos se
agarraron del pelo.
 Las dos avanzaron y retrocedieron mientras se tiraban furiosamente del
pelo.Mi mujer fué la primera en soltar una mano e intentar abofetear a
su rival, pero yolanda detuvo el golpe y contestó con una trota. pronto
las dos, en el centro de la sala, se lanzaban golpes sin importarles
los que recibieran. Aunque muchos se perdían, otros daban de lleno en
el rostro de las dos enemigas.
Poco a poco, Yolanda fué conectando mejores golpes. La mujer de Epicuro
comenzó a avanzar mientras Ruth, incapaz de devolver la cascada de
bofetadas, perdia terreno. Pronto mi mujer se encontró con la espalda
en la pared, y Yolanda presionandola. En ese momento Ruth ya no lanzaba
tortas, solo levantaba los brazos intentando cubrirse mientras su rival
la alcanzaba con golpes que la hacían girar el rostro.
Yolanda parecia confiada y Ruth cada vez más desesperada viendo como su
rival la iba arrinconando y controlando. Entonces mi mujer tuvo una
inspiración y viendo como su contraria levantaba la mano para darla
otra bofetada, arqueó sus manos y lanzandose ahacia delante cogió con
cada una un pecho de Yolanda. Esta gritó sorprendida y dolorida cuando
Ruth comenzo a estrujar sus grandes y sensuales tetas.
Las manos de Yolanda cogieron las muñecas de mi esposa, intentando
apartar las manos que apretaban con fuerza sus senos, pero el dolor se
lo impedía. Lastimada, Yolanda lanzó su pierna hacia delante,
intentando patear a Ruth, pero esta la solto y Yolanda cayó al suelo.
Inmediatamente mi mujer se echo sobre ella y las dos comenzaron a
rodar.Era todo un espectaculo ver a aquellas dos gatas desnudas que
perdida ya toda inhibición solo querian destruir a su contraria.
Mientras rodaban y a pesar de que erqan más las veces que yolanda
estaba encima, eran los gritos de esta los que más se escuchaban. desde
el rincón en que nos habiamos situado, Epicuro y yo vimos que Ruth
arañaba la espalda de su rival para quitarsela de encima. Un segundo
despues las dos se levantaban y se miraban con odio.
Cerrando el puño, Ruth golpeo a Yolanda en el pecho. esta gritó y
contestó con otro puñetazo. Ninguna de las dos sabia  boxear, por lo
que cruzaban golpes a lo loco, fallando la mayoria. Ruth se concentró
en un golpe al rostro de la otra pero falló. Recibió un puñetazo en el
estómago y perdió aire. Yolanda entonces intento golperala de nuevo,
pero mi mujer consiguió detener el puño y coger a su rival por la
muñeca. Con un giro Ruth le retorció a Yolanda el brazo a la espalda.
La bella tetona gritó de dolor y manoteo con su brazo libre, pero no
pudo soltarse, y cuando mi mujer ejercio mas presión en el brazo,
Yolanda cayó de rodillas.
Ruth no perdió un instante y se arrodillo tras ell, cogiendola un pecho
con cada mano de nuevo. Mientras Ruth apretaba Yolanda subio sus manos
intentando apartar las manos que la atormentaban. Pero en ese instante
Ruth solto uno de los pechos y su mano bajó agarrando a su rival del
sexo.
En ese momento las dos quedaron quietas. Estaban de rodillas, con Ruth
detras, cogiendo con una mano una teta y con la otra el vello púbico de
Yolanda.
Cuando mi mujer dio un tirón con las dos manos su presa chilló, pero
quedó quieta otra vez. Yolanda estaba perdida y lo sabía. Mi mujer la
tenía atrapada y Yolanda sabía que si Ruth tiraba fuerte el dolor sería
terrible. Unos segundos permanecieron así y luego Ruth nos miro
directamente a los hombres sin soltar a su presa. Luego, con una
sonrisa, dijo:
---Voy a ordeñar a esta puta vaquita.
Luego comenzó a apretar de nuevo, esta vez el pezón de Yolanda. Esta
gemía pero la garra de Ruth en su sexo la impedía retorcerse para
soltarse.Epicuro y yo no podiamos apartar la vista de la cruel pero
sensual escena. Ruth continuaba insultando a su víctima:
---Si te mueves lo más mínimo te arranco el coño, puta barata.
De nuevo retorció el pezón de Yolanda y esta solto un alarido. De
pronto, con toda intención, la contolada amazona lanzó su codo hacia
atras intentando golpear a mi mujer. pero Ruth fue más rápida y la mano
que sujetaba el conejito de su rival dió un tirón. Esta vez el grito
fué mas largo en su victima, que tras un sollozo abrio la boca
diciendo:
---Basta, basta, no más.
mi mujer se rio y comenzó a eprtear de nuevo el dolorido pezón como si
quisiera ordeñar a su dominada rival, que entre sollozos suplicó.
---Por favor, me rindo, no más, por favor.
Epicuro y yo nos miramos, pensando que todo había terminado. Que
eqivocados estabamos.
Con otra risa cruel, Ruth, dijo:
---¿Y a mi que me importa que te rindas, payasa?.
La cara de Yolanda se contrajo de terror cuando comprendió que su
vencedora no la iba a soltar. Epicuro y yo  no nos movimos.
Unos segundos despues mi mujer soltó a la dolorida Yolanda y con
rapidez, juntando las manos , dio un golpe con ellas juntas en la
espalda de la tetona, que cayó sobre la alfombra boca abajo.
Sin que la atontada amazona tuviera tiempo de recuperarse, Ruth se
tumbo a su lado, metiendo el cuello de Yolanda entre sus muslos,
atrapandola en una tijera. Despues de unos segundos, mi mujer comenzó a
apretar con sus piernas.
Durante un minuto la prisionera se retorció en todas direcciones,
mientras iba quedandose sin aire. pero estaba bien atrapada de nuevo y
los muslos de su rival parecian dos tenazas sobra su cuello. Uno de los
brazos de Yolanda había quedado además entre el muslo de mi mujer y el
suelo, por lo que sus posibilidades de librarse se reducían todavía
más.
Finalmente, con un gemido de frustración y ahogo la víctima quedó
quieta, todaviá sujeta en la tijera, mientras sus ojos se llenaron de
lágrimas.
Ruth relajó un poco sus muslos para que respirara y se rió. Era la gata
jugando con la ratita. Yolanda suplico de nuevo:
---Por Dios, me rindo, me rindo, dejamé ya.
Ruth se rio de nuevo mientras la llamaba inutil y golfa. Epicuro me
miró con cara preocupada, pero yo le recordé nuestro compromiso
anterior de no intervenir y el asintió resignado.
Viendo que Yolanda estaba algo recuperada, Ruth se dió la vuelta
soltandola, pero de nuevo volvio a ponerla la cabeza esntre las
piernas, esta vez al reves, acercando mucho la cara de su presa a su
sexo, para humillarla más. Desde donde estabamos, veiamos la cara de la
dominada entre los muslos que la atrapaban, mirando con ojos
avergonzados el culo de Ruth, a solo unos centimetros de su boca.
La rabia ardía en el interior de Yolanda. Estaba siendo vencida
despreciada y ridiculizada delante de su marido y nada podía hacer para
evitarlo. era un juguete en manos de la otra mujer, y aquello no
parecía tener fín.Ruth, por otra parte, sonreía satisfecha. Tenía a su
vencida rival ddominada sin problemas y no quería acabar aquello
rapidamente. recordando pasadas derrotas se prometió hacerselo pagar
caro a su presa. Mientras seguía sujetandola del cuello, mi mujer apoyo
comoda su cabeza sobra la cadera de su rival.
De pronto, como un latigazo, las piernas de Yolanda se abrieron con
enorme rapidez y la atraparon la cabeza. Ruth intento apartarse pero
era demasiado tarde.

Ante los ojos atonitos de los dos hombres, las dos mujeres se tenian
sujetas. La escena era de un erotismo enorme. Cada una de las dos tenía
a la otra atrapada entre sus muslos, con sus bocas a centimetros de la
vulva de la rival. Parecía como si ambas estuvieran practicando un 69 y
no peleando.  Pero lo estaban. Sin darse respiro, las dos comenzaron a
apretar con todas sus fuerzas los muslos, intentando ahogar a su
enemiga. Salvo los musculos de sus piernas las dos estaban totalmente
inmóviles, cada una con un brazo atrapado bajo su rival y intentando
con el otro separar las piernas axfisiantes de su contraria.
Mientras girabamos a su alrededor, a cierta distancia, los dos
comenzamos a animar a nuestras mujeres. Cada uno se puso a unos dos
metros de ellas, Epicuro a un lado y yo al otro, cada uno en el
correspondiente para ver la cara de su mujer y poder animarla mejor.
Las dos estaban en ese momento concentradas en ahogar a su rival. No
solo era una cuestión de aguante o de fuerza en las piernas. Ambas
ponian en la lucha toda su feminidad y corazón. Solo se escuchaban sus
jadeos y el único movimiento continuo era el de los musculos de sus
piernas tensandose.
Durante al menos un minuto todo continuó igual. Entonces ví como
lentamente dos lagrimas se iban formando el los ojos de mi rubia.Unos
segundos despues dí la vuelta a las luchadoras para ver como estaba
Yolanda. mientras Epicuro la seguía animando, la cara de su esposa
mostraba toda su determinación.Pronto volví al lado de mi esposa.  Las
lagrimas ya rodaban sin parar por su rostro, bastante colorado,y
comprendí que estaba perdiendo.Todavía durante un rato la seguí
animando mientras sus humedos ojos cada vez parecían más desesperados.
De pronto, lentamente, los muslos de Ruth comenzaron a abrirse
lentamente, liberando el cuello de Yolanda. Sus piernas se abrieron en
un angulo amplio , mientras Yolanda la seguía atrapando en su tijera.
Mí mujer exponía ante la cara de su enemiga su sexo indefenso,en un
gesto de sumisión.
Todavía la tetona mantuvo su presa un ratito, con la satisfacción de
ver ante si el bosque entregado de su rival. Ruth ya no cruzaba su
mirada con la mía , no queria que viera sus ojos humedos.
Finalmente Yolanda tambien abrió sus piernas, rodando un poco hacia un
lado. Durante unos segundos, las dos quedaron quietas, respirando
aceleradamente. Luego, Yolanda se puso en pie y sonrió a su marido.
Ruth continuaba tendida en el suelo, boca arriba, con los brazos
abiertos en cruz y mirando al techo.
Yolanda se la acercó lentamente, y luego puso un pie a cada lado de la
cabeza de mí mujer, , mirando hacia el cuerpo tendido que tenia debajo.
Yo comprendí que se disponía a humillar a mi hembra en el más duro
estilo , con un facestting inverso, y sin poder evitarlo grité.
---¡Pelea, amor, pelea!.
Ruth reaccionó y viendo sobre ella el estupendo culo de Yolanda y su
selva de pelos revueltos se imaginó lo que vendría.
Con desesperación pero con lentitud levanto sus dos piernas, intentando
patear a su enemiga. Pero la tetona la pudo coger de los tobillos y
luego retrocedio un poco sin soltarselos, doblando a Ruth hasta que los
pie  y la cara de mí mujer estuvieron juntos. Entonces rapidamente se
sentó encima.
La presa era sencillamente alucinante. Yolanda tenía la cara de Ruth
bajo su culo, y los brazos y pantorrillas de mí mujer sujetos contra el
suelo con sus piernas. Ruth estaba absolutamente inmovilizada,y su culo
en pompa hacia arriba, justo ante su captora. Del cuerpo de Ruth,
totalmente doblado, solo destacaba su conejito y su trasero, totalmente
expuestos ante yolanda, como si fuera una mesita que tuviese delante.
Yolanda entonces, sabiendo que su rival estaba definitivamente
inmovilizada, y sin que ella tuviese que hacer ningun esfuerzo, nos
llamó riendose.
Epicuro y yo nos acercamos y el dijo a su mujer:
---Fantastico, princesa.
Ella le sonrió y luego, mirando sus doloridos pechos, que Ruth tanto
había castigado antes comentó:
---Esta zorra de mierda es una tramposa.
Epicuro la pregunto que si estaba bien y ella contestó malevola:
---Mucho mejor que la puerca que tengo debajo. Y mucho mejor de como
estara luego , por supuesto.
Yo la miraba con una mezcla de miedo y excitación.La inmovilización era
tan total que ninguna parte del cuerpo de Ruth se movia, ni yo podía
ver su cara, enterrada bajo el culo de Yolanda. Solo las manos de mi
mujer, sujetas contra el suelo, se abrian y cerraban, pero sin nada que
coger, claro.
Nunca había visto a mí mujer tan absolutamente capturada, totalmente
indefensa ante una mujer que ni siquiera usaba las manos para tenerla a
su merced.Entonces Yolanda nos ordenó que nos apartaramos, pero yo con
miedo la pregunté que qué iba a hacer.Pero ella solo me dijo que me
apartara, que nadie podía interferir hasta que terminasen, como había
ocurrido antes. Con miedo, pero sabiendo que tenía rezón, me aparte
junto con Epicuro hasta un rincón.
Entonces la bella tetona acercó sus manos al sexo de Ruth, totalmente
expuesto ante ella.Empezó a jugar con los rizados pelos castaños del
sexo vencido, dando pequeños tirones. Apesar de que a Ruth debía
dolerla, no hubo ninguna señal. su cuerpo estaba tan inmovilzado que no
podía hacer ningún movimiento, y el culo de Yolanda que la aplastaba la
cara evitaba que pudieramos oirla. Solo sus dedos se abrian y cerraban
más deprisa. Pero enseguida Yolanda cambió el juego.
Sus dedos comenzaron a acariciar el sexo de mí mujer, mientras la
tetona alternaba suaves caricias con pequeños pellizcos en la vulva y
clitoris de Ruth.
Pronto, la combinación de placer con la excitación absoluta por su
humillación, hizo que el coño de mí mujer estuviese humedo y abierto
como una flor. Mientras, yo observaba la escena cada vez más caliente,
como mi amigo Epicuro, a mí lado. Pero tambien me imaginaba la
verguenza enorme que estaría sintiendo Ruth.
Durante un minuto Yolanda continuó masturbandola, y de pronto el
inmovil cuerpo de mí mujer sufrió un espasmo y luego varios otros muy
rápidos. Epicuro a mi lado exclamó:
---¡Mira, mira, la esta haciendo correrse!.
Efectivamente. Ruth no podía moverse pero todo su cuerpo temblaba en un
orgasmo profundo, animal. Todo su cuerpo se tenso como una cuerda
mientras se corría, pero doblado como estaba no movió a Yolanda ni un
poco.
Mientras los temblores iban cesando, pasado el orgasmo, la bella
dominadora nos miró, y enseñandonos una mano empapada con los flujos de
Ruth, dijo:
---Mirad, es una golfa barata.
Luego añadió entre risas:
---Pero la voy a dejar seca.
Y sin dar tiempo a mi mujer a recuperarse continuó forzandola, 
acariciandola sin parar. Esta vez la llevó mas tiempo, cerca de cuatro
minutosllevar a la pobre Ruth al climax. Cuando el muy excitado Epicuro
y yo, no menos excitado pero tambien apenado vimos los sujetos puños de
Ruth cerrarse con fuerza, la única parte de su cuerpo que podía mover,
y luego de nuevo los temblores, comprendimos que de nuevo Yolanda había
hecho correrse a su víctima.
Esta vez la vencedora no se detuvo ni un instante y continuó tocandola
sin darla respiro. Pero un par de minutos despues  era evidente que el
coño de Ruth, agotado tras los dos rápidos orgasmos tan seguidos,
apenas respondía. Yolanda parecía frustrada y al rato se detuvo
diciendome:
---Ya no puede más, es que ni como puta vale.
Epicuro y yo nos acercamos a ellas. Epicuro miraba el chocho expuesto
de Ruth y Yolanda, notandolo, se rió. Luego, cogiendo con el indice y
el pulgar de cada mano los labios de la vulva de Ruth, los abrió un
poco, exponiendolo más y diciendole entre risas:
---Es mucho mejor el mio.
Mí amigo y yo mirabamos fascinados, pero Yolanda continuó, en tono
enfadado:
---Pero la hare correrse otra vez a esta mierdosa.
Yo la dije que la dejara ya, pero la amazona se rió moviendo
negativanebte la cabeza. Yo la pregunté si su presa esta consciente y
ella me dijo que sí. Entonces la pregunté que como lo sabía y me dijo
entre más risas:
---Esta puerca esta llorando. Como la tengo el culo en la cara, justo
en medio, la noto las lagrimas y los sollozos.
Yo pense con lástima que a sumado a todo lo demas ni pobre Ruth se
estaria llenando de los olores de la bella tetona. Pero Yolanda parecía
haber tenido una idea, y recorría la habitación con la mirada.
Finalmente su vista se posó en una estantería, donde entre otras cosas
estaba una vela de imitación, de cerámica, que nos había regalado mí
suegra hacía tiempo. Entonces le pidió a Epicuro que se la acercara, y
el lo hizo.
Yolanda cogío la vela, de unos treinta centimetros de larga y uno tres
y medio de diametro y con gesto sensual comenzó a pasar por ella su
lengua, salivandola. Luego, con cuidado, la acerco al culo en pompa de
la atrapada Ruth y comprendimos qué pretendía. Un segundo despues Ruth
tambien lo supo, al notarla tocando su trasero. Entonces , de pronto,
sus gluteos se tensaron totalmente.
La amazona intentó por dos veces introducirla la vela, pero los gluteos
de Ruth estaban tensos como piedras, y se lo impedían.
Yo miraba con un ramalazo de orgullo como mi mujer intentaba aún
defenderse con lo que tenía, en un intento de conservar o proteger algo
de dignidad.
Yolanda seguía intentandolo, cada vez más irritada. Entonces dejó la
vela a su lado y levantó las manos. En su cara podía verse su enfado.
Entonces comenzó la más gferoz azotaina que nadie pueda imaginarse. Con
una mano y otra, rabiosamente, Yolanda dió una terrible tanda de azotes
en el trasero de Ruth. Mientras este se iba poniendo colorado, la
tetona lanzaba golpe tras golpe con la mano abierta, en los gluteos de
su víctima. Un par de minutos despues la tetona se detuvo, cansada y
sudorosa.
Mientras yo veía las gotitas de sudor resbalando por su sensual cuerpo,
no podía evitar pensar tambien que alguna llegaría a la boca de mí
mujer, bajo las posaderas de Yolanda.
Tras descansar unos segundos, Yolanda empezó de nuevo con los azotes.
esta vez se tomaba algo más de tiempo entre golpe y golpe, pero los
descargaba con toda su fuerza, una y otra vez. El culo de Ruth pasó del
rojo al granate y luego casi al morado, mientras Yolanda la daba al
menos treinta más.Finalmente se detuvo de nuevo, cansada pero
sonriente.
Enseguida volvio a coger la vela, que tenía unos 35 centimetros de
larga y unos tres de diametro. Volvió a acercarla al culo de Ruth,
pero esta vez no hubó apenas reacción de sus gluteos. La brutal
azotaina no solo la había dejado el trasero escarlata, ademas se lo
había dejado sin fuerzas.
Con una mano la tetona separó los redondos gluteos y con la otra fue
metiendole la vela en el ano.HUbó un poco de oposición, pero enseguida
la vela fué entrando, hasta que solo sobresalieron unos ocho o nueve
centimetros.
Luego Yolanda se mojó las manos con saliva y de nuevo comenzó a
masturbar a mí mujer.Yo nunca había visto una escena tan alucinante,
tan excitante y terrible a la vez. Pronto fué evidente que el conejito
de mi esposa volvía a estar humedo y Epicuro y yo no acercamos más,
como lobos.
La dominadora fué notando como la excitación de su indefensa victima
crecía bajo sus manos. Con La mano izquierda continuó acariciandola
directamente en el clitoris y con la derecha agarró la vela y empezó a
bombear, arriba y abajo.
Diez segundos despues Ruth explotó en un orgasmo aún más total que los
anteriores. Todo su cuerpo doblado e inmovilizado se convulsionaba una
y otra vez mientras la mano de Yolanda se iba empapando con sus flujos.
Finalmente sus temblores fueron cesando y la dominadora levantó las
manos y la cabeza, mirandonos riendo, mientras decía:
---La he dejado seca, jajaja, no la queda ni gota.
Luego añadió:
---No se si se ha quedado groggy.
Entonces, lentamente, se levantó. Con un ruido sordo, el cuerpo de mí
mujer se enderezó y quedó boca arriba, despatarrada. por primera vez en
bastante rato pudimos ver la cara de Ruth de nuevo. Efectivamente,
estaba medio inconsciente, con los ojos cerrados. Todo su bello rostro
estaba casi tan rojo como su culo, y empapado de sus lagrimas y el
sudor del trasero y el sexo de Yolanda.
La tetona entonces caminó hacia donde estaba la bata, tirada en el
suelo y recogiendola se la puso, atandose el cinturón. Luego volvió a
acercarse y le dió a ruth una pequeña patada en una costado. Mí groggy
esposa gimió débilmente y rodo un poco, quedando boca abajo.
Yo pense que era el final y me acerque para socorrerla, pero yoland
levantó la vista y me dijo:
---¡No os acerqueis a esta piojosa!.
Inmediatamente se acrcó a nosotros y cogiendono de la mano a los dos,
nos condujo al otro extremo de la doble habitación, al sofá grande
donde nos sentamos los tres. Luego se volvió hacia Epicuro y le besó
con pasión en los labios. Despues se volvió hacia mí, guiñandome un ojo
Entonces me dijo:
---¿Que, picamos y bebemos algo?, tengo una sed espantosa.
Yo la dije que muy bien, pero que antes sería mejor ayudar a Ruth. Ella
me respondió sorprendida:
---¿Pero que dices?. Ni de coña. Esto es solo un descanso, la voy a dar
mucho más.
Durante un rato yo la dije que no, y ella insistía, pero Epicuro dijo
que teniamos que respetar nuestro compromiso y que por tanto la
decissión era solo de las chicas, en este caso de Yolanda. Finalmente,
con pena, asentí.
Cuando nos dirijimos a nuestra cocina pasamos al lado de Ruth, que
continuaba, medio inconsciente, boca abajo, con la vela saliendo de su
culo escarlata como un pequeño mastil.
En la cocina preparamos unos sanwich y cogimos unas cevezas y volvimos
al gran salón, a la mesa de comedor. Mientras nos sentabamos pude ver
que entretanto Ruth se había recuperado algo. Estaba de lado, dandonos
la espalda. Supuse que ya tenía los ojos abiertos y no quería cruzar su
mirada con la nuestra, especialmente la mía.
Vimos que ponía una de sus manos buscó la vela en su culo, y cogiendola
con dos dedos empezó a sacarla lentamente. Se notaba por sus breves
gemidos que le costaba y cada tironcito solo sacaba un centimetro o
dos. Yolanda empezó a carcajearse y a insultarla, mientras bebia la
cerveza:
---Venga puerca, date maña, jejejeje, a mi me costó menos metertela.
Yo pensaba en lo que diria mi suegra si viera el uso que habían hecho
del regalo que nos trajo, el juego de velas de artesanía. Aunque mí
suegra se escandalizaría, seguro que las cuñadas de Ruth, que odian a
mí mujer, hubieran disfrutado viendo la super humillación.
Finalmente, con un "POP", la vela termino de salir.
Ruth siguió quieta, en el suelo, mientras comiamos el sandwich. Un par
de minutos despues se puso a gatas y nos miró.
Cuando sus ojos y los mios se encontraron pude ver la en ellos angustia
y tremenda verguenza. Cuando miró a Yolanda un odio total. Si hubiera
tenido una pistola mí mujer la hubiera disparado sin dudar contra la
bella amazona.
Yolanda riendo la dijo:
---Ya creía que iba a tener que encender la vela para espabilarte,
pingajo, jajaja.
Por toda respuesta mí mujer levantó una mano del suelo, estandiendo el
dedo medio. El insultó volvió a cabrear a Yolanda, que dejando su
botella de cerveza en la mesa se levantó de un salto, diciendo:
---Cuando termine contigo estaras hecha un flan, putilla.
Luego se acercó a Ruth, que con esfuerzo comenzó a ponerse en pie.pero
Yolanda no la dió tiempo y se arrojó como una gata sobre ella. La
tetona seguramente esperaba controlarla sin problemas, pero Ruth empezó
a pelear como poseida, agarrando los cabellos de su rival. La tetona no
pudo mantenerse encima e inmediatamente comenzaron a rodar por el
suelo, agarradas del pelo. Mí mujer gritaba sin parar que mataría a
Yolanda y la insultaba todo el rato.
Ruth estaba agotada por el castigo antes recibido y perdía aún más
fuerzas al gritar mientras rodaban, pero ví con orgullo que cuando
finalmente se detuvieron era mi mujer la que estaba encima. Ruth, con
yolanda debajo, intentaba sujetarla de las manos para inmovilizarla,
pero Yolanda, que seguía caogiendola del pelo, tiró hacia abajo la
cabza de mí mujer , aplastandola contra sus generosas y bellas tetas.
A pesar de que Ruth estaba encima, comprendí que la costaría respirar
con su cara contra los melones de su enemiga.. Unos segundos despues, ,
Yolanda giró con fuerza y Ruth quedó abajo, con su cara entre los
pechos de Yolanda. Pero mí rubia inmediatamente abrió la boca para
morderselas.
Ruth estaba como poseida, y de pronto era Yolanda la que quería apartar
su pecho. De nuevo rodaron, mientras la tetona trataba de mantener los
dientes de Ruth apartados de sus senos. Pudimos ver entonces que Ruth
solo había conseguido morder la bata que la amazona llevaba puesta, por
suerte para ella.
De nuevo mí mujer quedó encima, despues de unas vueltas, y consiguió
sujetar contra el suelo los brazos de Yolanda cogiendola de las
muñecas. Pero la tetona rapidamente abrió sus pienas y enlazó con ellas
las de Ruth.
Mi mujer tenía a su rival debajo, pero la tijera que Yolanda hacía a
sus piernas la impedía sentarse encima. Entonces Ruth intntó hacera su
rival el mismo truco que ella había sufrido antes. Mientras mantenía a
Yolanda sujeta por las muñecas apretó sus pechos contra la cara de la
hembra que tenía debajo. La posición era humillante para Yolanda, pero
las tetas de mi mujer no eran suficiente para ahogarla. Ruth, con
rabia, vio como sus pechos no alcanzaban a cubrir el rostro de su
rival, que se retorcía bajo ella.
Durante un rato, mi esposa siguió encima, sujetando a la amazona y
insultandola sin parar. Pero estaba agotada y sus insultos a gritos la
cansaban aún más, y poco a poco le fue siendo imposible mantener a
Yolanda sujeta.
Finalmente Yolanda hizo girar a Ruth y las dos rodaron de nuevo por el
suelo. Muy poco despues Yolanda consiguió apartarse un poco y las dos
se pusieron en pie, pero Ruth fué más lenta. Su contraria se puso ante
ella mientras mí mujer se levantba y la cogió de los pezones,
empujandola hacia atras sin soltarselos.
Ruth cayó hacia atras, hasta que solo quedó sujeta por sus talones en
el suelo y los largos y duros pezones que Yolanda la tenía agarrados.
La cara de mi pobre hembra se contrajo con una mueca de angustia
mientras sus labios se abrían en un aullido de salvaje dolor.
tras tres o cuatro segundos de aullido de Ruth, sus pezones torturados
se resbalaron entre los dedos de su enemiga y mi esposa cayó al suelo.
Rapidamente Ruth se llevó las manos a sus dodloridos pechos. Mi mujer
vió a Yolanda sobre ella, y supo que se la iba a lanzar encima. In
tento rodar de lado, pero fué inutil. Un segundo despues la amazona se
sentaba sobre la espalda de Ruth, con todo su peso sobre los riñones de
mí mujer.
Antes de que Ruth pudiera reaccionar, Yolanda la había atrapado en una
llave Nelson. Tumbada sobre la espalda de mí esposa, con garan
habilidad habia inmovilizado a mi rubia, que pataleaba boca abajo, con
sus brazos y cuello sujetos.
Yolanda comenzó a reirse y Ruth rugió de rabia, haciendo un esfuerzo
supremo por girar y liberarse. No lo consiguió, pero si rodar por el
suelo con su enemiga a su espalda, sujetandola en la llave. Enseguida
vimos que las piernas de la amazona se abrian, y sin soltra la llave
Nelson tambien atrapo entre ellas la cintura de mi mujer en una tijera.
Ruth quedó boca arriba, con Yolanda a su espalda sujetandola
totalmente. Entonces Yolanda comenzó a apretar la tijera. Los musculos
de sus piernas se tensaron al oprimir la cintura de su presa. Ruth
soltó un gritito ahogado y comenzó a patalear histericamente.
Yo hacia ya bastante rato que sabía que mí mujer era inferior, y estaba
excitado y alucinado de la humillante super paliza que yolanda la
estaba dando,pero desde luego la escena era muy erótica. mi rubia
pataleaba con las piernas abiertas, enseñando de nuevo plenamente su
vejado coño, de nuevo brillante de sudor.
Segun fue perdiendo aire sus movimientos se hicieron mas lentos, y
finalmente quedo queita, atrapada y resoplando con dificultad. La
amazona no relajo ninguna de las dos llaves, pero , sonriendo, empezó a
provocarla:
---Eres la zorra mas payasa que he visto nunca, jejejeje.
Ruth intentó contestar:
---¡Putaaaaaaaagggghhhhh!
Su contestación se vio ahogada por otro fuerte apretón de la tijera.
Yolanda jugaba con ella, torturándola:
---¿Sabes lo que voy a hacer ahora, fracasada?.
Mi rubia, casi histérica, movia sus ojos a un lado y al otro. En ese
momento su barbilla estaba contra su pecho y jadeaba, debatiendose
lentamente, sin ningun resultado. Yolanda continuó hablando:
---Ahora ves a ver lo que les pasa a las zorritas inutiles como tu.
De nuevo la amazona tenso totalmente sus piernas, cortando con su
tijera a las costillas el aire a Ruth. Mi mujer no podía respirar, ni
defenderse, solo patalear, y de nuevo lo hizo en todas direcciones
mientras se iba poniendo más roja. Medio minuto despues Yolanda relajó
algo la tijera, permitiendola respirar de nuevo.
Mientras mi vapuleada esposa recuperaba algo el aliento su dominadora
dijo,:
---Tu y yo sabes muy bien quien de las dos ha ganado. Pero quiero que
no se te olvide.
Y de nuevo volvio a preguntarla:
---¿Sabes lo que voy a hacer ahora?
La muy zurrada Ruth tardo unos segundo, pero respondió:
---No, cabrona.
Yolanda, sin aflojar nada las dos presas en que tenía atrapada a mi
rubia, dijo:
---Me voy a follar a tu marido, delante tuyo.
Ruth, atrapada en la llave Nelson y la tijera, rugió de rabia, mientras
Yolanda continuaba hablando:
---Le voy a hacer gozar a el y a mi marido como tu nunca podrias,
mugrosa.
Y continuó:
---Mirale, ya ves como le encanta la idea.
Los ojos de mi zurrada mujer se cruzaron con los mios, que iban de ella
al cuerpazo de su dominadora, medio tapado solo por la bata que
llevaba. Ruth se dio cuenta de que yo estaba desando disfrutar de su
vencedora y se desespero. Inmediatamente empezó a suplicar:
---No, por favor, por favor.
---¿No que, guarra?.
---No toques a mi marido, te lo ruego, no , por favor.
---¿Y por que no iba a hacerlo, pringada?, el lo esta deseando.
---Hare lo que quieras, lo que sea, pero no te le folles, por favor.
Dijo Ruth mientras empezaba a llorar de nuevo y la tetona respondía
riendo:
---¿Que pasa, que ya te enteraste de quien es la mejor?.
---Si, si, si, dejalo.
---Entonces dime, ¿quien es la mejor, payasa?.
Los llorosos ojos de Ruth giraban de un lado a otro, habia recibido la
mayor paliza de su vida, pero no quería decir ante los hombres lo que
yolanda la pedía. su dominadora insistió:
---¿Quien es la mejor?. ¿O me follo ya a tu marido?.
Con un sollozo ruth respondió:
---Tu.
---¿Yo que?
---Tu eres la mejor.
Pero Yolanda continuó con las preguntas, sin relajar las llaves,
mientras mi mujer vertía lagrimas sin parar:
---¿Quien es mas hembra?.
---Tu
---¿Quien esta mas buena?.
---Tu
---¿Quien manda?.
---Tu
---¿A quien desea tu marido?.
Un silencio solo roto por los sollozos de Ruth siguió esas palabras. La
amazona siguió hablando:
---Mírale y contestame.
Los humedos ojos de mi vapuleada hembra volvieron a cruzarse con los
mios, y otra vez leyó en ellos la excitación que Yolanda me producía.
Con terror preguntó:
---¿No te le follaras, verdad?.
---Primero dime, ¿a quien desea tu marido?
Tras unos segundos Ruth respondió:
---A tí, a tí.
Yolanda rió de nuevo, feliz, y luego dijo cruel:
---Pues por eso me lo voy a tirar, fracasada.
Con un increible rugido de rabia Ruth comenzó a retorcerse
furiosamente, mientras Yolanda volvía a apretar las dos llaves con toda
su fuerza.Mí mujer estaba claramente histérica, y lavantaba su
escarlata culo del suelo mientras pataleaba. Por un rato, parecía que
se soltaría, pero la tijera de su enemiga la impedía casi respirar y
las fuerzas la abandonaron lentamente.
Un mi nuto despues, ya apenas se debatía. poco despues, estaba quieta,
y medio groggy. Entonces Yolanda la soltó sorprendentemente, y
empujando a un lado el cuerpo de mi medio axfisiada esposa, se puso en
pie. Luego, dandola una patadita en un costado, puso a Ruth boca abajo
y se sentó en sus riñones.
Sin que la atontada rubia que estaba debajo se moviese, Yolanda la puso
en la espalda los dos brazos, juntandoselos por las muñecas. Luego se
quitó el cinturón de la bata que aún llevaba puesta y comenzó a atar
las manos a Ruth. Cuando diez segundos despues mí mujer empezó a
reaccionar, ya era muy tarde. la amazona la había atado firmemente las
muñecas, en su espalda y con el trozo que sobraba también la había atado los pies, cerca de su culo, dejándola amarrada del todo.
Justo despues, Yolanda se levantó, quitandose la bata y quedando de
nuevo esplendorosamente desnuda. Luego se acercó a nosotros y se sentó
en el sillón, cansada. Ruth, en el suelo, con el culo rojo por los
azotes y la cara por la verguenza, comenzó a retorcerse intentando en
vano soltarse las ataduras.
Cuando mi violada, vapuleada, humillada y atada esposa se dió
finalmente cuenta de que no podía desatarse, quedó
al fin quieta, mirandonos con ansiedad.
La respiración de Yolanda fue calmandose, mientras ella se relajaba
poco a poco. Yolanda estaba tan agotada casi como mí mujer, aunque por
supuesto no tan castigada, asi que no se movió en un rato, entre
Epicuro y yo. unos minutos despues, la bella Yoli empezó a reirse y a
hablar.
---Bueno, chicos, no os podeis quejar del espectáculo que os he dado.
Luego continuó:
---Que, Dario, has visto que tu zorrita no vale para nada.
Yo asentí en silencio y unos segundos despues Yolanda nos agarró la polla a Epicuro y a mi enre los ahogados gritos de protesta de la atada hembra vencida.

El resto de la noche fué tan glorioso como el principio, aunque estuve semanas teniendo que aguantar las broncas de mi esposa por haber disfrutando tanto con su tetona domadora.









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Offline leviatan

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Re: Ruth vs Yolanda. Español.
« Reply #1 on: March 27, 2019, 12:28:37 PM »
Veo que tienes tiempo para escribir, Darío, así que supongo que me estás tomando el pelo con el relato que te pedí. Pensé que eras buena gente.

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Offline sugoishadow

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Re: Ruth vs Yolanda. Español.
« Reply #2 on: April 15, 2019, 02:26:28 AM »
Amigo Dario, me gusto leer tu relato ojala subas otros.

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Offline Agraf

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Re: Ruth vs Yolanda. Español.
« Reply #3 on: April 22, 2019, 04:00:58 PM »
 8)
Darío, veo que Yolanda te ha ofrecido un sexy show excitante... y su cuerpo también.
Pues que Epicuro no es hombre jeloso, creo que has disfrutado mas veces de la compañia de Yolanda!
Pero tu relación con Ruth no va bien, y tu no te dás cuenta que tu mujer va a lo gimnasio dos veces por semana y se ha pagado un curso extra de una semana de lucha libre...
No tarda que Ruth se sinta capable de desafiar a Yolanda de nuevo...
Cuento que nos prives de la narrativa y lo mejor será los detalles!   ;D