Era viernes por la noche y como todas las semanas el Bar Oasis en una callejuela de la ciudad estaba hasta los topes. La buena ubicación del local y sus precios populares lo hacían bastante concurrido. Era el típico lugar donde te podías perder a hacer lo que quisieses sin temor a ser visto por demasiada gente, ya que por muy lleno que estuviese la capacidad del local era bastante escasa.
Alrededor de una de las mesas, estaba Ruth que se encontraba sola mientras su marido Darío trabajaba. Para ella era perfecto, ya que desde que había sido zurrada un par de veces por sus cuñadas, notaba el desprecio de este mucho más preocupado en tirarle los trastos a las cuñadas que de ocuparse de su rubia de bote.
A esas horas Ruth estaba ya animada con unas copitas de más, y vacilaba a los hombres allí presentes que la animaban entre risas. Ruth era la protagonista de la fiesta y se encontraba en su salsa, creciéndose por momentos ante los ánimos de los allí presentes.
Aplausos y risas se mezclaban, mientras Ruth ofrecía un espectáculo pobre pero divertido. Pero de repente, algo captó la atención de los hombres que hasta ahora miraban a Ruth sin quitarle ojo.
Una espectacular rubia entró por la puerta del local y se quedó mirando fijamente a Ruth. Parecían conocerse de antes ya que la rubia mirada a Ruth de una forma extraña. Se trataba de Arancha, otra conocida de la familia y que también había acudido a la boda de Ruth y Darío. Se conocían desde niñas y aunque ya no eran tan amigas como antes seguían teniendo una buena relación.
Cuando los ojos de Ruth se posaron en Arancha no pudo evitar sorprenderse de verla allí, pero estaba ya lanzada y no le prestó la menor atención.
Siguió bailando tratando con ello de atraer la atención de los hombres del bar, lo cual consiguió, y eso la gustaba ya que al haber llegado Arancha ahora tenía un buen motivo para vacilar con más ganas.
-Bienvenida a mi Bar, como puedes ver aquí soy la reina.- dijo Ruth.
Y los hombres aplaudieron fuertemente a Ruth.
-sí ya lo veo, ¿estás borracha, no?
-Qué más da, me lo estoy pasando bien y ellos también, así que no te metas donde nadie te llama.
Arancha puso una mueca de desagrado y desprecio hacia Ruth mientras le decía:
-Ruth ya está bien, eres patética.
-¿Patética? Soy mucho más mujer que tú y eso es lo que te jode.
-ESOOO- gritó un borracho que estaba en el bar- Ella es mucho más mujer que tú, forastera.-gritó señalando a Arancha.
Esta empezó a mosquearse del cariz que tomaban las cosas y más sobre todo al empezar el resto de presentes en el bar a aplaudir las palabras del borracho.
Ruth se subió encima de una mesa y empezó a bailar, provocando más gritos y aplausos entre los presentes.
Arancha mientras tanto no podía creerse su mala suerte. Había ido a tomar algo tranquilamente donde nadie pudiera conocerla y se encontró allí a la payasa de Ruth. Peor suerte, imposible. Encima estaba borracha y con ganas de jaleo. Ruth estaba envalentonada por los gritos y aplausos de lo que ella creía que era “su” publico. De repente un gritó atrajo su atención:
-Vamos Ruth, dale una lección, demuestra quién es la más hembra.- dijo el mismo borracho de antes-
La ingenua Ruth no se daba cuenta que lo que los hombres realmente querían era picarlas para ver una buena pelea de hembras. Ingenuamente Ruth pensaba que realmente se había ganado a los hombres del Carpanta por sus armas como mujer.
Arancha sabía nada de las peleas de Ruth con sus cuñadas, pero esta las tenía bien presentes, así que decidió sacarse esa pequeña espina y para ello iba a usar a su examiga Arancha.
-Vamos puta , ya ves que no eres bienvenida aquí-dijo Ruth empujando a Arancha.
Esta no se dejo provocar, ya que su única pretensión era la de pasar un rato tranquilo y la idea de currar a Ruth no entraba en sus planes:
-Ruth déjame tranquila y no hagas más el ridículo.
Eso fue recibido con abucheos por parte de la gente. Ruth volvió a empujar a Arancha y ella sí que fue aplaudida por la gente. Sin darle tiempo a que siquiera protestase Ruth agarró una cerveza y se la echó por encima a Arancha, ante los gritos de la gente que observaba encantada el espectáculo.
-Maldita puta, ahora sí que te vas a enterar- Y algo cambió en la cara de Arancha, que empezó a andar hacia Ruth.
Esta satisfecha de haber conseguido al fin su objetivo, no rehuyó a su rival y en menos de un segundo ambas se tomaron de los cabellos con ferocidad meneándose la cabeza hacia los lados. Uno de los presentes cerró las puertas del local, y mientras el dueño del bar cogía el teléfono para avisar a la policía, dos clientes le advirtieron para recomendarle que desistiese de su idea.
Ruth y Arancha ajenas a todo ello estaban ya enzarzadas en plena batalla tirándose con furia de los pelos tratando de arrancar algún mechón en la otra, pero pronto quedó claro que Arancha era más habil que Ruth y empezó a menearla por el local..
De un fuerte tirón de pelo, Arancha lanzó contra una esquina a Ruth que se llevó un par de sillas antes de caer al suelo. Ruth quedó en el suelo atontada del golpe, mientras Arancha de pie le decía:
-Quédate ahí Ruth que no quiero romperte la cara.
-Mátala Forastera- Gritó el borracho de antes.
-No, en su día fuimos amigas y no quiero darle otra paliza como le han dado un par de veces. No merece la pena.
Despreciada y humillada por su rival, Ruth sintió algo que la reactivó y es que darse cuenta de que quienes antes la animaban ahora pedían a Arancha que la matase, la reactivó y le nublo la vista. Sin pensarlo dos veces, se levantó y cogió una botella de cerveza que había encima de una mesa y la rompió contra ella:
-Puta de mierda te voy a matar.
Aplausos y gritos siguieron mientras Arancha la miraba esta vez sí, con una mirada que rayaba el odio.
-Ahora si que la has cagado Hija de puta,cobarde .
Arancha se fue directa a por Ruth y esta la atacó con la botella de cerveza rota. Pero se había equivocado con Arancha. La bella rubia no se asustó por la botella y atacó con decisión a Ruth que la recibió tratando de agredirla con la botella, pero Arancha valiente puso el brazo y aunque se cortó con los cristales, no se paró en la carga llegando donde Ruth Estaba lanzándole patadas.
Ruth por primera vez en toda la refriega sintió algo parecido al miedo al ver que la rubia no se acobardaba y la dureza de la patada hizo mella en ella. Reculando algo se salió hacia la zona más próxima a la barra puesto que no quería estar arrinconada. Con calma Arancha la siguió y cuando la tuvo a una distancia prudente empezó un intercambio de tortazos muy intenso.
A Arancha se la veía ya metida en la pelea y con el único afán de destrozar a Ruth, quien sin embargo no retrocedía a pesar de que enemiga empezaba a cobrase ventaja poco a poco sobre ella ya que sus tortazos eran más duros.
A torta limpia y entre los gritos del público, Arancha llevó a Ruth paso a paso retrocediendo hasta la barra del bar. Allí las dos soltaron sus puños llegando a la cara de su oponente, Arancha notó el golpe dado por Ruth contra su mejilla, pero la rubia teñida sintió el puño de Arancha como un tranvía que se estrella en su cara y un par de gotas de sangre de sangre aparecieron en su boca.
Ruth cayó al suelo y Arancha segura de sí misma se adelantó hacia ella con la idea de tomarla de los cabellos y limpiar el suelo del bar con ella, pero no contaba con un imprevisto. Mientras se acercaba a la dolorida Ruth, esta le lanzó un barrido a las piernas y como una tigresa se abalanzó con la cabeza por delante contra la barriga de Arancha que sorprendida reculó por el impacto. Pero aunque sorprendida, Arancha mantuvo a duras penas el tipo y lanzó un cruel codazo que impactó en la espalda de Ruth.
Ruth cayó al suelo y Arancha se dispuso a rematarla, pero la suerte volvió a aliarse con Ruth ya que Arancha resbaló cayendo al suelo. Varios hombres ayudaron o mejor dicho pusieron obligatoriamente en pie a Ruth delante de Arancha que también se levantaba. Las ropas de las dos estaban hechas jirones y enseñaban bastante más que al principio de la pelea.
Las dos empezaron a caminar la una alrededor de la otra recuperándose de los golpes que hasta entonces se habían cruzado. Estaban cansadas y las dos sabían que el momento definitivo se acercaba. Arancha se quitó su camisa que estaba mojada y rota y se quedó únicamente en sujetador ante los aplausos de la gente que estaba viendo el show. Ruth no quiso se menos y se quitó también de un tirón la camisa, quedando también con solo su sujetador. Pero entonces los hombres pudieron compararlas mejor, los altos y llenos pechos de Arancha y las más pequeñas y caídas tetillas de Ruth.
Eso inclinó definitivamente la simpatía de la gente por Arancha y empezaron a animarla para desesperación de Ruth. Arancha parecía ahora una mujer confiada y con voz fría y dura le dijo a Ruth:
-Se te acabó hacer el imbécil aquí, este ya no es tu bar.
Ruth dio un grito de desesperación y rabia y atacó a Arancha, pero esta la recibió con una patada en el coño que la dobló. Ruth se llevó una mano a su coño dolorido, y quedó arrodillada en el suelo dolorida. Arancha con sigilo pasó por detrás de Ruth y en un gesto ágil cogió una silla que estampó en la espalda de Ruth rompiéndosela.
Ruth sintió un fuerte dolor y cayó al suelo boca abajo. Sabía que si quedaba en esa posición iba a ser destrozada y trató de recuperarse, pero Arancha estuvo rápida y se montó con redondo y prieto culo sobre su espalda agarrándole el pelo con una mano y arqueándola la espalda hacia atrás.
-Querías darme la noche eh zorra. Querías cobrar. No hay problema.
Manteniendo la mano sujetando la melena de Ruth, con la otra mano abierta Arancha empezó a golpear duramente el rostro de Ruth potentes bofetadas. Hasta diez veces su mano golpeó el rostro de Ruth. Esta estaba a punto de pedir socorro cuando Arancha dejó de golpearle el rostro. Estaba hecha un poema. Sus pómulos estaban muy rojos y gritaba de dolor.
Pero la rubia Arancha no quería por nada del mundo acabar el show ya. La habían buscado, la habían encontrado y la gata que llevaba dentro había salido a relucir. Por desgracia para Ruth ahora ya no había quién la detuviese.
Agarrando los pelos de Ruth la puso de pie y la empujó contra la barra del bar dejándola allí llorosa.. Sin darle tiempo a Ruth siquiera a quejarse, la cogió del pelo y la arrastro y gritando a la gente dijo:
-A ver ¿Dónde está el que decía que esta mierda era más hembra que yo? Que venga aquí.
Un hombre entrado en años se acercó avergonzado. Arancha mirándole dijo.
-Anda que vaya ojo que tienes para comparar hembras. Mira.
Luego, agachándose, le arrancó a su rival la minifalda, dejándola en ropa interior.
Con un grito de rabia, Ruth se desasió, alejándose de su examiga, intentando escapar de alguna forma del circulo de hombres que las rodeaban, pero estos estaban muy juntos y no había forma de escabullirse. Frustrada, se dio cuenta de que no podía salir por ningún sitio y mirando a Arancha vio que no podía esperar piedad de ella. Entonces, sin vergüenza alguna, comenzó a gritar:
---Ayuda, que alguien me ayude.
Un silencio siguió a sus palabras y Ruth sin cortarse y viendo una oportunidad siguió diciendo a gritos:
---Salvarme, se la chupo a quien me salve, os la chupo a todos si me ayudáis.
Luego, comenzó a hacer posturitas, intentando atraer a los hombres con su cuerpo medio desnudo.
Durante unos segundo, varios espectadores dudaron, pero entonces Arancha quiso dar una lección definitiva a Ruth y dando un paso adelante se quitó también la minifalda. Mientras los hombres las comparaban de nuevo y viendo sus rugidos de admiración, Ruth se dio cuenta de que no solo había perdido la pelea si no el concurso de belleza también.
Viendo a los hombres aplaudir y vitoreara la mas guapa y sensual Arancha, la rubia teñida intentó un ataque traicionero lanzándose sobre Arancha. Pero ella la vio venir y agachándose un poco la agarró por la cintura, cargándosela al hombro.
Arancha mandó abrir las puertas del bar y casi hay peleas para obedecerla. Con Ruth retorciéndose y pataleando sobre el hombro de Arancha, esta salió hacia la calle, seguidas por todos los parroquianos. La escena era salvaje y muy erótica a la vez, una hermosa amazona en tanga y sujetador llevando a cuestas a su conquistada rival, medio desnuda también.
A unos pasos de la puerta del local estaba el contenedor de basuras y hacia el se dirigió Arancha, que al llegar arrojó a Ruth dentro sin contemplaciones. La mujer de Dario quedó medio dentro medio fuera, con el cuerpo dentro del contenedor y las piernas colgando fuera.
Viendo su culo en pompa, Arancha riendo la bajó las bragas, dejando expuestos su culo y sexo, entre risas. Ruth volvió a patalear pero su rival bajó la tapa del contenedor, sujetando su cuerpo dentro mientras sus piernas seguían colgando fuera.
Durante los siguientes cinco minutos, Arancha dio a su público un buen show. Azotó el culo de Ruth como si fuera una niña pequeña, alternando los azotes con tirones del rizado pelo del coño de su victima, que cada vez pataleaba y se retorcía menos. Cuando ya cansada Arancha se detuvo, el culo de Ruth estaba color granate y su chocho presentaba algunas calvas.
Arancha se detuvo, cogió aire y escupió al vejado culo de la mujer que colgaba delante de ella. Mirando a la gente del bar, dijo:
-Ahora ya sabéis quien es la mejor. Me gusta este bar, así que aquí me quedaré.
Arancha entró al bar, entre gritos de admiración y piropos de los espectadores, que decidieron cerrar la puerta del local, por si había problemas.
El dueño del bar a pesar de sus reticencias iniciales había disfrutado del espectaculo y dijo:
-Barra Libre para todos, esto hay que festejarlo.
Y hasta altas horas duraron las celebraciones en el Oasis. Ruth tardó diez minutos en poder salir del contenedor y llorando sin parar corrió desnuda por las solitarias calles hasta su casa, donde su sorprendido marido la abrió la puerta para encontrarse a su desvestida esposa medio histérica, con la cara casi tan roja como sus gluteos.
Fue la última vez que estuvo cerca del Oasis. Desde ese día fue territorio prohibido para ella…………………………