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La chica de York (spanish)

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Offline mich25

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La chica de York (spanish)
« on: June 10, 2023, 05:53:38 PM »
Había terminado de cursar mi último año en la escuela de York así que había decidido recorrer algunas de las localidades costeras del norte. De hecho, el primer poblado que visitaría sería Scarborough, ubicado en la zona de Yorkshire. Por carretera, el viaje en automóvil desde York hasta Scarborough era de aproximadamente una hora.

Fue así como el lunes 20 de julio a las diez de la mañana subí a mi automóvil con la férrea intención de recorrer los casi 70 kilómetros que separaban a ambas ciudades. Ese día, un sol radiante dejaba sentir toda su calidez sobre la ciudad de York, por tanto, aproveché de usar una falda jean, una blusa delgada de color blanca, zapatillas deportivas, un brasier de color blanco y un tanga de color rojo como ropa interior.

Cuando el reloj marcó las diez y media de la mañana me hallaba manejando por la carretera, la cual presentaba un escaso flujo vehicular mientras una estación de radio no dejaba de tocar música pop rock, la cual me acompañó durante todo el viaje. 

Soy Laura, vivo en la ciudad de York, noreste de Inglaterra. Soy pelirroja, 18 años, ojos azules, 1.63 cm, 53 kilos, copa 34b, vellos púbicos rojos recortados en triangulo y cuerpo en forma gracias al gimnasio y al ballet en donde suelo realizar ejercicios de alta flexibilidad.

Llegué a Scarborough a las once de la mañana entonces aproveché de recorrer la localidad de la costa hasta que logré encontrar un llamativo hotel el cual contaba con un espacioso estacionamiento en donde aparqué mi automóvil.

Cuando ingresé a la recepción, encontré un joven al cual le consulté:

¿Hay alguna habitación disponible?

“Sí, tenemos la habitación 307. Tiene una excelente vista de la bahía de Scarborough”, respondió el hombre joven.

Perdón, ¿Me puedes sugerir algún lugar para comer?, volví a consultar:

"Si, el restaurante de Clark, se ubica en la zona norte", respondió el recepcionista.

Luego de degustar el menú del día en el restaurante recomendado, volví al hotel para enseguida dirigirme a mi habitación. Pero cuando avanzaba por el pasillo del tercer piso, me topé con una joven muy atractiva que debía tener unos 19 años, cabellera rubia, ojos azules, 1.65 cm, 54 kilos, copa 34C y cuerpo en forma.

En ese momento, supuse que si me presentaba ante ella podría dar inicio a una nueva amistad:

“Hola, mi nombre es Laura", le dije cortésmente.

"Hola, soy Liv", respondió la chica rubia.

Desgraciadamente la chica de Scarborough se mantuvo distante durante el resto de nuestra conversación, así que decidí darle un corte a nuestra plática para dirigirme rápidamente a mi cuarto.

Más tarde, me encontraba tendida sobre la cama de la habitación vistiendo mi tanga rojo y mi brasier blanco mientras no dejaba de pensar en la fría e indiferente actitud que había mostrado la chica de Scarborough. Aún me encontraba divagando sobre esto cuando alguien tocó a la puerta, raudamente me levanté del catre y fui a abrir.

Debo decir que quedé totalmente sorprendida al ver a Liv parada en el umbral.

"Hola de nuevo, me preguntaba si podíamos hablar", dijo la joven rubia sin apartar la mirada de mi provocador atuendo.

"Por supuesto, entra”, contesté.

Mientras avanzaba por la habitación, Liv no pudo evitar detenerse en frente del ventanal por el que se podía contemplar la bella bahía de Scarborough.

“Es Hermosa”, comentó Liv.

“Claro que sí”, respondí.

Luego, le consulté:

¿Dónde te alojas?

“Me hospedo en una de las habitaciones del primer piso”, respondió la chica de ojos azules. 

¿Cuéntame algo de este lugar?, volví a consultar:

"Scarborough es el principal destino turístico de la zona de Yorkshire, ya que posee bellas playas y este hotel”, respondió Liv.

¿Hay escuelas?, pregunté en forma inquisitiva.

“Sí, claro. De hecho, el año pasado fue mi último año en la escuela local", contestó Liv.

¿Hay chicos y chicas?, consulté con curiosidad.

"Si, por supuesto”, contestó la rubia con una leve sonrisa en el rostro. 

Después de un breve silencio, me atreví a consultarle un tanto intrigada:

¿Te gusta competir?

“Si, me encanta. De hecho, practico lucha libre para demostrarle mi superioridad a otras chicas de mi edad",
respondió la atractiva chica con determinación.

Bueno, había llegado el momento de hablar sin tapujos:

¿Te gusta la competencia sexual?, consulté.

“Bueno, depende de quién sea la contrincante”, contestó Liv.
¿Crees que yo podría ser una buena competidora?, consulté con un tono de voz desafiante.

“Si gustas, podemos averiguarlo ahora mismo”, respondió Liv del mismo modo.

De inmediato y sin pensar llevé mis manos hacia la parte posterior de mi sujetador y lo desabroché. Fue entonces que aparecieron mis tetas en frente de la joven de Scarborough, quién las contempló por algunos segundos. Pero luego ella se desprendió raudamente de su camisa blanca y de su brasier de color negro, brotando sus redondas tetas. Acto seguido, ella terminó de sacarse el resto de sus vestimentas quedando solo con un tanga de color negro. Luego, nos miramos fijamente y en forma desafiante por unos breves segundos para luego avanzar la una hacia la otra hasta quedar a solo unos centímetros de distancia. De pronto, Liv elevó sus manos y agarró mis tetas para luego apretarlas con fuerza. Una sensación de dolor invadió todo mi ser lo cual me hizo lanzar un sonoro gemido que retumbó en toda la habitación, pero a pesar de esta devastadora aflicción pude recuperar mis fuerzas por lo que también elevé mis manos y apreté las redondas tetas de mi rival. El gruñido de dolor que ella lanzó, me resultó aún más sonoro que el que yo había emitido, esto me hizo esbozar una leve sonrisa en mi rostro. Y desde ese instante, solo nos apretamos las tetas mutuamente sin ningún tipo de piedad hasta que el dolor se volvió tan insoportable que nos hizo soltarnos en forma simultánea.

Solo bastaron unos segundos para que volviéramos a juntar nuestros cuerpos en un apretado abrazo, el cual hizo que nuestras tetas se aplastaran mutuamente, produciéndonos un intenso dolor que solo pudo ser aliviado mediante una mutua frotación lo cual permitió que nuestras tetas comenzaran a moverse de un lado a otro, y de arriba a abajo mientras nuestros erectos pezones no dejaban de rozarse, generándonos ruidosos gemidos. No había lugar a dudas, la excitación que sentimos en ese momento había alcanzado un ribete tan alto lo cual hizo que cada una no pudiera controlar aquellos impulsos que provenían de la parte más primitiva de nuestros cerebros.

Fue así como comenzamos a insultarnos mutuamente:   

"Sucia puta, no puedo creer que tus tetas presionen tanto a las mías. Estoy segura que mis tetas son superiores a las tuyas y tú lo sabes", gimió Liv con voz entrecortada. 

"Maldita perra, aunque tus pezones se sienten como dagas calientes. Mis tetas son mejores que las tuyas", respondí gruñendo.
Cómo el tiempo avanzaba y nuestra lucha de tetas no arrojaba ningún resultado definitivo, decidí hacer algo que volcara el resultado a mi favor, por tanto, alargué mi mano izquierda y tiré de los rubios cabellos de mi rival, lo cual produjo un fuerte grito de dolor y una manifiesta ira en mi oponente por lo cual ella me devolvió el mismo dolor tirando con fuerza de mis rojos cabellos. Fue así como nos tiramos de los cabellos hasta que el dolor se volvió tan insoportable que nos hizo caer al suelo en donde nos abrazamos para luego rodar de un lado a otro mientras nuestras piernas se enlazaron como si fuesen dos serpientes entrelazadas incluso utilizamos nuestros puños para darnos algunos golpes los cuales resultaron ser muy dolorosos.

Después de un breve intercambio de golpes de puño, Liv logró darme un fuerte empujón que me hizo caer de espalda sobre la cama de la habitación. Fue entonces que ella se abalanzó sobre mí, cubriéndome completamente con su cuerpo. En ese lugar comenzamos a rodar intentando cada una quedar en la posición superior, pero a pesar de nuestros esfuerzos ninguna de las dos logró tener el éxito presupuestado ya que nuestras fuerzas eran bastante similares. Debido a esto último, nuestros cuerpos se separaron quedando cada una de nosotras tendida de espalda en cada uno de los extremos de la cama, con la respiración agitada y los tangas totalmente mojados.

De pronto, mientras yacía en esa posición, supe lo que tenía que hacer así que me saqué mi tanga roja empapada lo más rápido que pude y luego me arrodillé sobre el lecho en frente de mi adversaria con el objeto de desafiarla, por tanto, le mostré mis vellos rojizos recortados y húmedos. Luego de ver mi postura desafiante, Liv se apresuró en sacarse también su tanga negra mojada y fue así como pude ver sus vellos púbicos rubios y recortados. 

Por fin había llegado el momento de dirimir quién era la mejor mujer así que nos sentamos sobre la cama, frente a frente, entonces cada una abrió las piernas lo que más pudo, con lo cual nuestros sexos y clítoris quedaron totalmente expuestos.
Estaba más que claro que ambas queríamos dirimir esto por medio de una lucha sexual.

“Muy bien, resolvamos esto de mujer a mujer”, espetó Liv.

“Sí, zanjemos de una vez quién es la mejor mujer”, respondí con total convicción.

En ese momento ninguna de las dos dejó de mirar los ojos de la otra y fue entonces que cada una colocó las palmas de las manos sobre el colchón para luego levantar su cuerpo e impulsarlo hacia adelante. Ella y yo habíamos comenzado a avanzar sobre la cama hacia nuestro encuentro, por tanto, no resultó extraño que nuestras piernas quedaran entrelazadas con lo cual nuestros sexos se unieron. Resultó increíble, pero habíamos adoptado la figura de dos tijeras entrecruzadas y unidas por sus vértices.

Cuando sentimos el contacto íntimo, nuestras caderas comenzaron a moverse hacia adelante y hacia atrás haciendo que nuestros sexos comenzaran a golpearse con fuerza generando algunos gemidos que salieron prontamente de nuestras bocas. Mientras nos manteníamos en esa posición, cada una agarró una de las piernas de la otra con el objeto de buscar un equilibrio para así golpear con mayor certeza el sexo rival lo cual produjo sonoros gruñidos mientras nuestras tetas no dejaban de agitarse de un lado a otro con cada impacto. Pero de pronto, ambas decidimos separarnos ya que, si seguíamos con este tipo de competencia, no podríamos evitar la llegada del orgasmo.

Después de un momento habíamos quedado recostadas boca arriba y cansadas, pero a pesar de esto último decidí arriesgar el todo o nada así que sin pensar me lancé sobre mi adversaria y la cubrí con todo mi cuerpo, para luego iniciar golpes certeros de mi sexo sobre el sexo de mi oponente.
                                     
En ese instante, una vez más nos dejábamos llevar por el instinto:

"Perra maldita, no golpees tu sexo contra el mío, ya sabes que el mío es mejor", gimió Liv, irritada.

"Puta mentirosa, el mío va a derrotar al tuyo", respondí realmente enojada y jadeante.

Ahora nuestra lucha se había vuelto netamente sexual, ya que nuestros sexos se golpeaban y frotaban con gran vehemencia. Pero de pronto, Liv hizo algo que me dejó descolocada ya que se apresuró en agarrar mis glúteos con sus manos con el único objeto de amortiguar cada uno de mis golpes. Pero a pesar de esto continué nuestra lucha, aunque la excitación que sentía en ese instante era tan fuerte que llegué a pensar que no podría controlar por mucho tiempo aquella intensa ola de placer que provenía de mi entrepierna y que se propagaba vertiginosamente por todo mi cuerpo. De hecho, luché con todas mis fuerzas para que el orgasmo no llegara por lo que me concentré en sacar ventaja de la posición superior en la cual me encontraba así que me enfoqué en mirar el rostro de mi rival mientras no dejaba de golpear mi sexo contra el suyo. A esa altura me había convertido en una mujer salvaje, ya que me encontraba montada sobre la bella rubia de Scarborough.
Nuestra lucha se había convertido en todo un espectáculo, ya que nuestros gemidos, gruñidos y jadeos no dejaban de retumbar en toda la habitación lo cual me hacía pensar que el orgasmo no tardaría en llegar en cualquiera de las dos. De hecho, por mi parte me resistía a perder este duelo a manos de la bella rubia de Scarborough, aunque al ver la expresión facial de mi oponente me pareció que ella pensaba lo mismo. 

Finalmente, y luego de algunos minutos Liv no resistió más y alcanzó un placentero orgasmo que la hizo liberar sus fluidos vaginales mientras su cuerpo se estremecía completamente. Para ser honesta, en ese preciso momento me sentí muy feliz por haber ganado el combate, pero esta alegría duraría muy poco ya que solo bastaron algunos segundos para que alcanzara un increíble orgasmo que me hizo liberar mis fluidos sexuales junto con estremecer mi cuerpo por completo, dejándome totalmente extenuada.

En eso, ambas nos hallábamos cansadas, pero voluptuosas sobre la cama, por tanto, decidimos descansar hasta que sin darnos cuenta nos quedamos dormidas una al lado de la otra. Horas más tarde, Liv despertó y enseguida se percató que la habitación se hallaba totalmente iluminada por los rayos solares que ingresaban por el ventanal por el cual se podía contemplar la hermosa bahía de Scarborough, pero Laura ya no se encontraba entonces Liv se levantó y se dirigió al baño.

Unos minutos más tarde, el agua de la regadera caía sobre su cuerpo completamente desnudo. Luego de salir de la ducha, ella repasó mentalmente todo lo que había sucedido la noche anterior entonces ella se juró que, sí alguna vez volvía a tener una revancha contra la chica de York, la vencería con gran facilidad.

                                                                                                                                  FIN
« Last Edit: June 10, 2023, 05:54:57 PM by mich25 »

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Offline Silent Watcher

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Re: La chica de York (spanish)
« Reply #1 on: June 10, 2023, 08:47:10 PM »
Buena historia. Concisa y entretenida. Ojalá podamos ver una revancha donde Liv se imponga a la colorada de York  ;)

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Offline papillon

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Re: La chica de York (spanish)
« Reply #2 on: June 11, 2023, 06:22:01 PM »
¡Historia excelente y muy bien escrita! pero una revancha no serviría para nada. Laura ya demostró su superioridad. En su fuero interno, Liv sabe que no está a la altura de la pelirroja. Si le diera la revancha, Laura la doblegaría con aún más facilidad.